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DEPRESIÓN DE OTOÑO Y CAMBIO HORARIO

                     Con la llegada del otoño aumentan las consultas de personas que refieren sentir un estado de ánimo bajo, estar más sensibles y encontrarse faltos de energía.     Esto sucede por la vuelta a la rutina tras las vacaciones, el cambio de clima -lluvias, viento, etc.- y especialmente por el menor tiempo de luz solar. La menor exposición a ésta se traduce en una menor producción de serotonina, la hormona de la felicidad y a la vez, una mayor producción de melatonina debido a la oscuridad, lo que nos produce más somnolencia.     Además, esto se une con el próximo cambio horario.  Personas especialmente sensibles o con cuadros depresivos pueden ver agravados temporalmente sus síntomas.      Muchos expertos piden la cancelación completa de este cambio de hora, pues cuestionan sus beneficios para la salud humana, e incluso sostienen que puede aumentar las tasas de mortalidad.     Sin embargo, por ahora no hay indicios exactos de que esto vaya a cambiar y el próximo 25 de oct

¿Por qué nos cuesta cambiar?

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       A lo largo de nuestra vida suceden muchos cambios, algunos esperados, inesperados, deseados e indeseados incluso... pero todos cambia aún sin darnos cuenta.      ¿Qué pasa entonces cuando te sientes infeliz con algo y no te atreves a cambiarlo? ¿y cuando quieres hacer algo grande, avanzar en los proyectos deseados y seguir las propias ilusiones? ¿Lo haces o te cuesta?     Es frecuente que cueste por el miedo al cambio. MIEDO, sí. Salir de la zona de confort, adquirir unos riesgos, enfrentarse al qué dirán o al tan temido fracaso.     Es la propia mente la que intenta proteger. Evita enfrentarse a algo desconocido. Aparecen los ¿y si...? ; ¿y si sale mal? ¿y si no me beneficia? O peor incluso, las autoafirmaciones negativas ; va a salir mal, no voy a ser feliz así, voy a perder tiempo o dinero...     Con todo esto, es absolutamente normal no querer cambiar. Como dice el refrán Virgencita, que me quede como estoy. Sin embargo, la verdadera causa de estos pensamientos negativos es

RELACIONES DE PAREJA SALUDABLES

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Personas Altamente Sensibles (PAS). Psicología

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SERVICIO DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA DEL GOBIERNO DE CANARIAS Para nadie ha pasado desapercibida la pandemia del Covid-19. Personas confinadas, enfermos, demasiados muertos, incertidumbre, mucha información y muy contradictoria. Esto ha producido en la población general momentos de ansiedad, problemas familiares que aparecen o que se agravan y miedo al contagio propio o a contagiar a sus seres queridos. Sanitarios desbordados, sobrecarga de trabajo, con más miedo aún si cabe porque se exponían directamente a ese "bicho tan feo" que es el Covid-19. Problemas de insomnio, irritabilidad e incluso problemas para desahogarse porque no quieren preocupar a sus familiares.  Personas con trastornos psiquiátricos que ha sufrido desequilibrios de su estado al romper sus hábitos, la rutina que los mantenía en pie o simplemente por no poder contactar con su especialista habitual. Pero quiero hacer especial mención a aquellas personas mayores que viven solos, que no tienen familiares, que está
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SÍNDROME DE LA CABAÑA Tras el estado de alarma y confinamiento vividos, han aparecido en muchas personas altos niveles de ansiedad al empezar a enfrentarse a salir de casa.  Miedo a salir a la calle, contactar con otras personas con las que no se convive, a realizar actividades que eran cotidianas como ir a trabajar, coger medios de trasporte públicos, etc.  En casa se siente seguridad, no hay tanta o ninguna posibilidad de contagio. Este síndrome es especialmente acusado en personas que viven solas o que tienen patologías previas de riesgo. Rechazan casi de forma total el contacto social, apoyando su decisión en que aún no hemos salido del todo de la pandemia y que el peligro de contagiarse por COVID-19 es real. ¿Qué se puede hacer para superar este miedo? Comenzar a planificar las salidas y hacerlas gradualmente. Siempre manteniendo las medidas de seguridad recomendadas en cada momento y evitar exponerse a situaciones potencialmente arriesgadas.  Hay que intentarlo. Poco a poco, no h