Cabaña Lilla Norr en Airbnb

SÍNDROME DE LA CABAÑA

Tras el estado de alarma y confinamiento vividos, han aparecido en muchas personas altos niveles de ansiedad al empezar a enfrentarse a salir de casa. 

Miedo a salir a la calle, contactar con otras personas con las que no se convive, a realizar actividades que eran cotidianas como ir a trabajar, coger medios de trasporte públicos, etc. 

En casa se siente seguridad, no hay tanta o ninguna posibilidad de contagio.

Este síndrome es especialmente acusado en personas que viven solas o que tienen patologías previas de riesgo. Rechazan casi de forma total el contacto social, apoyando su decisión en que aún no hemos salido del todo de la pandemia y que el peligro de contagiarse por COVID-19 es real.


¿Qué se puede hacer para superar este miedo?

Comenzar a planificar las salidas y hacerlas gradualmente. Siempre manteniendo las medidas de seguridad recomendadas en cada momento y evitar exponerse a situaciones potencialmente arriesgadas. 

Hay que intentarlo. Poco a poco, no hay prisa... 

Aprovechar salidas para ir a dar un paseo, para hacer un poco de deporte y si se relacionan estas salidas con actividades o momentos que nos resulten agradables mucho mejor. Por ejemplo; ver un familiar, pasear por la playa, respirar aire limpio, disfrutar del sol...

También el diálogo interior es muy importante. Hablarse a sí mismo con positividad, con fortaleza y recordando que quizá otros momentos más difíciles de la vida también se han superado, como se superará éste y volveremos a la normalidad que tanto se desea.


A los más pequeños les puede pasar lo mismo...

El diálogo con ellos es muy importante. Tanto a niños como a adolescentes es necesario decirles que quizá la realidad al salir de casa no sea exactamente como la dejaron, pero que estarán bien y poco a poco se irán adaptando a la "nueva" normalidad que viviremos.

Hablarles siempre utilizando un lenguaje claro, un momento tranquilo y demostrando por parte del otro interlocutor, mucha decisión y seguridad en sus palabras.

En el caso particular de los adolescentes, cuya vida implica salir mucho con sus amigos, hay que permitirles salir, recordándoles que siempre deben respetar las normas de seguridad y distancia social. De este modo también fomentamos la responsabilidad en ellos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué nos cuesta cambiar?